¿Cómo había llegado aquí? Exactamente no lo recuerdo, sólo sé qué de repente ya me encontraba en la camilla.
Mi cabeza dolía horrores, sentía como si fuera a explotar en cualquier momento, suspiré pesado y traté de incorporarme. Oh, mala idea, muy mala idea. Al momento en que me incorpore ni un segundo paso para que ya volviera a estar nuevamente recostado. Toqué mi frente, al parecer ahí era de donde venía el dolor más fuerte, y mi mano se mancho con un poco de sangre, fue algo tan inesperado pero trate de no perder el control.
Mire mi alrededor, estaba solo. La puerta permanecía entreabierta, afuera se podía presentir un poco de movimiento. Suspiré y despacio me senté en la orilla de la camilla. De pronto recordé todo lo que había sucedido, nada más y nada menos que una pelea con un tipo en el bar, reí ligeramente y moví en negación la cabeza. - Que idiota - Me dije aun riendo un poco.
De afuera se escucharon pasos que venían hacia mi habitación, me mantuve mirando la puerta de reojo. Importándome muy poco de quién se pudiera tratar.