Hacía unas horas que había entrado en ese club, me había costado decidirme, pero la curiosidad y el aburrimiento habían vencido, y había acabado entrando en ese sitio sobre el que había oído tantas cosas. Sabía a lo que iban las personas ahí, y de hecho esperaba encontrar alguien.
Aun y haberme arreglado, vistiéndome con ropa colorida pero lo más provocativa que encontré en mi armario, y haberme maquillado, nadie parecía interesado en mi.
Vi varias parejas, todos parecían estarlo pasando bien. Empecé a ponerme de mal humor, por lo que decidí ir a tomar algo en el bar. Pedí una bebida alcohólica cualquiera, me senté en un sofá que había en la sala y crucé las piernas y disponiéndome a observar a mi alrededor, esperando a que alguien se me acercase. Me pasé una mano por el pelo, despeinándome un poco, y suspiré. ¿Le interesaría a alguien?