Liberar tensiones [Libre]

-Después de haber visitado el lugar entero dio con una de las que se convertiría en sus salas preferidas, el Gimnasio, allí donde podía descargar toda la rabia que lo enfermaba, allí donde podía centrarse únicamente en su propia respiración, allí donde podía pensar con claridad, allí donde podía hacer sufrir a su cuerpo, hacerlo llegar al límite y con suerte, pasarlo. Frunció el ceño mientras se ajustaba las vendas alrededor de sus nudillos, pasándolas por la palma de la mano y enrollándolas en movimientos circulares, haciendo fuerza para que quedasen tirantes, repitió la acción con la otra mano, pensaba y pensaba, siempre con esa pesadilla que era real rondando por su cabeza, siempre con ese pensamiento que no le dejaba vivir, ni siquiera respirar o dormir tranquilo. Alzó la barbilla moviendo el cuello de un lado a otro lentamente, entrecerró los ojos poco a poco...cerrándolos finalmente, lo único que vio fue el rostro de una niña pequeña llorando. Sacudió la cabeza a la vez que fruncía los labios, aguantando ese pensamiento todo lo que podía, clavándosele como agujas en el pecho, la rabia que se guardaba aumentó de tal manera que no pudo evitar abrir los ojos y empujar la pared que se hallaba tras él, como si la pudiese mover mientras emitía un grito casi de desesperación que se le rasgó en la garganta. Encendió el Ipod, sonaba la canción Gimme That de Chris Brown, todo lo alto que le permitía el volumen del aparato de música, casi ensordeciéndolo. Caminó hacia el saco de boxeo que pendía de la gruesa cadena que estaba agarrada al techo y tras un par de pequeños saltos y colocándose las manos a la altura de la cara, lo golpeó con rabia, con toda la fuerza que era capaz de sacar en ese momento, que no fue poca. Su cabello se movía en cada movimiento, azotando su frente y su rostro con fiereza, los ojos del coreano se volvieron más profundos, fijos en el saco aunque en realidad no lo miraba. Sus músculos se tensaron, dejándose ver debido a la camiseta de tirantes negra que llevaba, acompañada de unos pantalones de deporte con una largura que a penas pasaba la rodilla y unas deportivas rojas altas, como siempre. A cada golpe que asestaba al saco, el aire de su respiración salía de forma seca y tajante, dejando emitir un sonido casi sordo, la rabia se le llevó y comenzó a empujar el saco, dando golpes prácticamente a ciegas, puñetazos, patadas, placajes...Todas las partes de su musculado cuerpo le servían para desahogarse en ese preciso momento-

-tras decidir ir a entrenar su cuerpo, como todos los días antes de ir a trabajar, se cambia de ropa en uno de los vestuarios del lugar, llevando una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones típicos de básquet de color azúl junto a unas deportivas, envuelta en su cuello lleva una toalla blanca y en su mano sostiene una botella de agua, camina pensando en sus cosas hacia lo que es el gimnasio, yendo sumiso en sus pensamientos, llega a los sacos de boxeo dándose cuenta que esta vez, no está solo- hey... - lo llama a pesar de que éste no responde a causa de los auriculares, frunce el ceño al verlo tan ido y lleno de rábia y agarra sus brazos haciendo que pare-

-Se paró en seco, su mente se despejó por la repentina visita, la respiración agitaba brotaba de sus labios sin descanso de tal manera que parecía que le faltaba el aire, se humedeció los labios tragando saliva después respirando en ese momento por la nariz, una vez terminada la acción, la respiración volvió a sus labios. El flequillo humedecido por el sudor del ejercicio y la ira tapaba su ojo derecho casi por completo, su piel perlada por el sudor brillaba por la luz del gimnasio. Poco a poco volvía en sí, se quitó los auriculares, la música se escuchaba casi como si saliese de unos altavoces. Su cuerpo temblaba por la descarga de adrenalina que había sufrido, a pesar de ir relajándose, la expresión de sus ojos no cambió, lo miraba fijamente-

se contesta cuando te hablan.. -suelta sus brazos mientas lo mira con total indiferencia- deberías calmarte un poco ¿no crees? -le tiende la botella de agua y su toalla, observándo que éste no lleva, se peina un poco con las manos la parte derecha del cabello, su ceño ahora se encuentra levemente fruncido-

Calmarme es lo último que vengo a hacer aquí...-aceptó la botella dando un pequeño trago, girando la cabeza sin dejar de mirarlo de reojo, cuando terminó, se la devolvió cogiendo la toalla, dándose pequeños toques en el rostro y en el cuello. Asintió con la cabeza a modo de agradecimiento-

-toma de nuevo la botella y se apoya en una de las paredes mirándolo fijamente- así que a liberar tensiones.. es más divertido cuando uno de tus puños -se mira uno de sus puños que ahora permanece cerrado- alcanza la cara de algún indeseable -frunce el ceño y lo mira- deberías bajar el volumen de eso ¿no crees?

Sí, sin duda es más divertido...-ladeó la cabeza observando el gesto con atención, no estaba tenso ni mucho menos, sino bastante relajado, le caía bien- claro -desconectó el Ipod y volvió a alzar la vista hacia el rubio, levantando a su vez la barbilla-

- va hacia el armario de material, cogiendo un par de guantes de boxeo para él y otro par para el jóven, se los lanza- póntelos, jugaremos tu, y yo -furnce el ceño mirándolo y deja la botella a un lado mientras se va colocando los guantes, no sin antes, coger las protecciones para la boca- ¿tienes lo que hay que tener? -lo desafía con la mirada-

-Cogió los guantes sin ningún problema y se los colgó del cuello, la adrenalina empezaba a aflorar por cada poro de su piel- ¿Qué se supone que hay que tener para partirle la cara a alguien? -después de esa frase, se colocó los protecciones para la boca y, posteriormente los guantes. Movió el cuello de lado a lado y se golpeó los puños, devolviéndole la mirada desafiante-

-antes de colocarse la protección bocal lo mira- hay que tener cojones ¿los tienes? -se coloca la protección y los guantes, hace exactamente lo mismo que él, da unos pequeños saltitos mientras cubre con ambas manos su rostro- venga

-Agitó bruscamente los hombros y alzó los brazos, flexionados por los codos, cubriéndose así el rostro, nunca había tenido miedo de pelearse, de hecho, en más de una ocasión era él quien buscaba la pelea. Su experiencia en el baile le daba un bonus de agilidad que, en este momento, le sería considerablemente preciado, trató de leer en sus ojos algún tipo de movimiento, que, de momento, veía inexistente-

-se acerca con precaución, es experto en descargar adrenalina sobre la gente, ya que desde pequeños buscaba peleas o pegaba a niños indefensos para sí, sentirse superior, furnce el ceño acercándose un poco más para asestar el primer golpe, el cual falla-

-Esquivó el primer golpe con éxito, los pies se cruzaban uno detrás del otro, comenzando a dar una vuelta, creando un semicírculo. Hizo ademán de golpearle por el lado izquierdo, cambiando el plan en el último momento, golpeándole en el rostro con el puño izquierdo, un golpe no muy fuerte, pero que dejaría una pequeña marca-

-queda parado por un momento y frunce el ceño totalmente a causa del golpe, vuelve en si centrándose en sus movimientos, esta vez, dispuesto a darle un golpe en la cara, utiliza la misma técnica, sabiendo que protegería su rostro, golpea su vientre sin reparo alguno-

-Frunció el ceño a la vez que cerraba un ojo al sentir el golpe, haciendo que algo de aire se le escapase por la nariz. Sabiendo mejor que antes, que el juego iba en serio, decidió no cortarse a la hora de golpear, tras un par de pequeños saltos se abalanzó sobre el japonés en una embestida seguida por una patada en el gemelo derecho y un puñetazo en la boca del estómago. Sin perder tiempo se retiró, esquivando lo que podría haber sido un contraataque-

-respira fuertemente, controlando el dolor del golpe, va hacia él golpeando con éxito su vientre nuevamente, sabiendo que se encogería por el dolor de los dos golpes, aprobecha para golpear a la vez su rostro, acto seguido se retira-

-El golpe del rostro hizo que su cara girase hacia un lado, suspiró mientras lo miraba a través del flequillo, cargado de rabia volvió hacia él, dándole otra patada, ahora en la rodilla, poniéndole la zancadilla después, y precipitándolo con una llave hacia el suelo, dejándolo tumbado boca abajo, volvió a retirarse después con agilidad-

-se coloca boca arriba respirando agitadamente- vamos -extiende sus brazos- soy todo tuyo -su pronunciación es algo mala a causa de la protección bocal-

Ni siquiera tú podrías pararme una vez hubiese empezado -lo miró desde arriba, atravesándolo con la mirada, una mirada que reflejaba ahora parte de su lucha interna por contenerse, se retiró un poco más mientras se quitaba los guantes y después la protección-

no vayas de listo, no sabes hasta donde llego yo -se levanta quitándose los guantes, al haber sentido su mirada, nota como si quisiera transmitir algo, pero, prefiere guardar el silencio y no meterse donde no le llaman-

-El cuerpo le dolía, pero no era un dolor molesto, en cierto modo lo agradecía, suspiró con fuerza mientras se limpiaba el sudor de la frente con la muñeca, después se tocó la cara donde le había golpeado y se miró a una de las paredes de espejos, detestaba su propio reflejo, de modo que desvió la vista y la atención a otra parte-

-coge la toalla para así secarse el sudor, evita mostrar el dolor que le han probocado los golpes el coreano, bebe un poco de agua y se mira en los espejos acomodándose bien el cabello, desvía la mirada hacia el chico y se acerca a él- necesitas liberar mucha rábia chabal.. -suspira- cuando necesites pegarle a alguien dimelo

-Al escuchar lo que él mismo pensaba pronunciado desde la boca de otra persona que no había sido él, se sintió un pobre desgraciado que para expresarse necesitaba golpear, un pobre desgraciado que estaba, había estado y estaría siempre solo. A pesar de que sus pensamientos eran tales, su rostro no mostraba un mínimo reflejo de ello, dirigió la vista hacia él en silencio, se encogió de hombros mostrando indiferencia ante sus palabras y desvió después la vista al techo, levantando un poco la cabeza para así conseguir ver uno de los fluorescentes que iluminaba la estancia- La próxima vez, ataca más.

-al verlo de esa manera de abalanza contra él asestándole un golpe en la cara, esta vez, controlando la fuerza, le hace una zancadilla y lo tira al suelo boca arriba, colocándose el sentado en su vientre, agarra con fuerza sus brazos manteniéndoselos pegados al suelo, lo mira fijamente, serio, mostrando distancia- atacar, claro

¿Ves?...Mucho mejor -Los ojos se clavaron en los suyos, no mostraba un ápice de miedo ni debilidad. El hecho de haber caído al suelo hizo que por su espalda corriese una punzada de dolor, con el rostro totalmente inexpresivo se quedó inmóvil en el suelo. Debido al golpe en la cara tenía un corte no muy grande en su labio inferior que se mostraba enrojecido y algo ensangrentado-